[ad_1]
Este ritual sirve para tantos propósitos como lectores de tarot hay en las redes sociales: algunos de nosotros lo hacemos para practicar nuestras interpretaciones de cartas, conocer un mazo en particular, tener una idea de qué esperar ese día, alrededor de la una. Reciba indicaciones o ideas para reflexionar o grabar para conectarse con líderes o antepasados… ¡las posibilidades son ilimitadas!
Si la intención es usar las tarjetas para registrarse para el día siguiente, los lectores pueden comenzar con una pregunta como: «¿Qué necesito saber hoy?» O tal vez: «¿Cómo debo hacer hoy mi día?» O incluso, «¿Qué lección tengo hoy que aprender?» O: «¿Qué arquetipo o qué idea debo usar hoy?» Hay muchas preguntas que podrías hacer, dependiendo de tu estilo y lo que quieras.
Nunca veo la tarjeta como una receta, sino más bien como una sugerencia o idea para vivir y jugar temporalmente con ella. Es relajado, flexible y abierto a la interpretación. Un pequeño consejo, una provocación, una idea que cualquiera puede utilizar como punto de partida a lo largo del día.
Como resultado, recoger las cartas y barajar crea una sensación de curiosidad abierta. Es sensacional, enérgico, completamente no verbal. En el mejor de los casos, puedo describir esto como una apertura energética que siento frente a mi cuerpo, una sensación de contraventanas abriéndose.
Rara vez pienso en ello con palabras, y aún más raramente digo algo en voz alta. En cambio, llego a mi dibujo de tarot diario con un sentimiento. Cuando abro para sacar esta tarjeta, esta extraña apertura contiene todas las preguntas, algunas preguntas, ninguna pregunta.
Quizás podamos soltar nuestras palabras antes de llegar a la interpretación. En lugar de nombrar y describir lo que queremos saber, tal vez podamos acceder a esos sensación La Curiosidad. La sensación de estar abierto a símbolos, conocimientos e información. Sin palabras. Solo apertura.
Abrirse a lo que trae el día y lo que podríamos hacer con él.
[ad_2]