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Además de su utilización como oráculo para predecir el futuro, en su origen las Runas Vikingas eran las letras del alfabeto de las lenguas germánicas durante la Antigüedad y la Edad Media.
Si bien no existe un consenso sobre el momento exacto en el que surgieron, las inscripciones rúnicas más viejas que se conservan se estima que datan del año 150 y se encuentran en un peine hallado en la ciénaga de Vimose, Funen, en Dinamarca, y una fíbula descubierta en una tumba en Meldorf, Alemania.
Los tres alfabetos de este tipo más conocidos son el Futhark Antiguo, utilizado entre los años 150 y 900; el Futhorc Anglosajón, vigente entre los años 400 y 1100: y el Futhark Joven o Escandinavo, que se desarrolló entre los años 800 y 1100.
En su escritura no había distinción entre vocales cortas y largas, la cual sí estaba presente fonológicamente en la pronunciación de la época.
Con el tiempo, estos lenguajes fueron reemplazados por el alfabeto latino en el siglo VII en la Europa Central con la expansión del cristianismo, y en el siglo XI en Escandinavia con el fin de la época vikinga.
Sin embargo, las runas continuaron siendo utilizadas como medio de adivinación, como adornos para la decoración de hogares y en la realización de calendarios, manteniendo así su popularidad hasta nuestros días.
Origen del alfabeto de Runas Vikingas
Para los historiadores, el origen del alfabeto rúnico es incierto. Muchas de sus figuras se asemejan con las letras latinas, pero también con las que se utilizaban entre los años 500 y 100 antes de Cristo en el norte de Italia, derivadas del alfabeto etrusco.
Las figuras de las Runas Vikingas están formadas por líneas verticales y diagonales, cuyos diseños guardan cierta semejanza con el resto de los alfabetos contemporáneos de otras civilizaciones grabados en piedra o madera. Sin embargo, ellas se destacan por una ausencia casi total de líneas curvas y horizontales.
De lo que sí se tiene certeza es que fueron el primer tipo de escritura de los pueblos germánicos y nórdicos y que ya desde sus comienzos eran utilizadas en rituales mágicos y como oráculo para predecir el futuro.
Las Runas Vikingas tuvieron un fuerte impacto en las sociedades escandinavas, quienes también las usaban como amuleto de la suerte y de protección. Por ellos sus figuras se tallaban en escudos, barcos, armas y herramientas para potenciar su poder y efectividad.
De alguna manera, podemos decir que las runas tenían para los vikingos un significado similar al del I Ching para los chinos, la numerología para los judíos o el tarot para otras civilizaciones.
Alfabeto rúnico Futhark Antiguo
El alfabeto rúnico que aún hoy se utiliza para la adivinación es el Futhark Antiguo, que está integrado por 24 figuras dividas en 3 grupos de 8, y que tuvo su esplendor entre los siglos I y IV.
Ellas son: Freyr (Fehu, Uruz, Thurisaz, Ansuz, Raido, Kano, Gebo y Wunjo); Hagal (Hagalaz, Nauthiz, Isa, Jera, Eihwaz, Perth, Algiz y Sowelu); y Tyr (Teiwaz, Berkana, Ehwaz, Mannaz, Laguz, Inguz, Othila y Dagaz).
Cada una de estas runas tenía un nombre que representaba el sonido de la misma, pero esta denominación original se fue perdiendo y luego fue reconstruida en base a alfabetos nórdicos posteriores.
La lista completa con las 24 figuras del alfabeto Futhark más antigua que se conserva se encuentra tallada en la piedra de Kylver en Gotlan, Suecia, hallada en el año 1903.
La misma es una roca plana que se utilizó para sellar una tumba, con la inscripción situada en su parte inferior, por lo que no podía leerse desde fuera. Se estima que esta piedra fue grabada en el siglo IV.
El alfabeto rúnico conocido como Futhorc Anglosajón es una versión extendida del Futhark tradicional, que tenía entre 29 y 33 figuras. Su uso se masificó a partir del siglo V y se cree que su origen se desarrolló en Frisia, en los actuales Países Bajos, y que luego se expandió por Inglaterra.
Inscripciones con este alfabeto se encontraron en una espada corta del siglo IX hallada en el Támesis, en Londres; en el Código anglosajón de Viena, un manuscrito de la misma época; en el poema rúnico anglosajón del Otho B.x de la biblioteca Cotton, compuesto entre los siglos VIII y IX; y en la cruz de Ruthwell, Escocia, una piedra del siglo VIII que mide 5,5 metros y que contiene fragmentos del antiguo poema inglés “The dream of the rood”.
Por su parte, el Futhark Joven o Escandinavo comenzó a utilizarse a partir del siglo VIII y es una versión más moderna y reducida del Futhark Antiguo, formada por 16 figuras.
De este alfabeto existen dos vertientes principales: las runas de rama larga o danesas, y las de rama corta o sueco-noruegas, aunque ambas fueron utilizadas del mismo modo en los 3 países. Sobre ellas, se cree que las primeras se utilizaban para la escritura de textos más solemnes sobre piedra, mientras que las segundas se empleaban en mensajes cotidianos sobre madera.
Hoy las Runas Vikingas continúan más vigentes que nunca y son uno de los métodos de adivinación más utilizados, junto a las cartas de tarot y el horóscopo.